- Mímesis. La memoria, madre de las musas. Homero: artistas - memoriosos. Copia de una naturaleza rica en belleza y gustos + abstracción de una vida “corta”, infeliz por opuesta a la de los dioses.
- Tragedia griega. Formalización entre religiosa y burocrática de las fiestas dionisíacas. Nietzsche: sonido y cuasi aparición de un dios que no se deja ver, pero sí oír a través de la locura conjunta de un grupo de limadas. De esto, la cultura escrita (y masculina) produce luego un espectáculo que observa el demos: el teatro.
- Platón: objeto artístico = degradación del ser. El arte como corrupción y distracción de la juventud. Repercusiones en la Iglesia romana.
- Aristóteles: hedonismo y catarsis (¿qué significa? bueno, no sabemos muy bien... decimos 'catárisis'). Para representar de manera correcta, la obra debe constar de partes. El todo concreto. Regularidad y simetría. Biologismo. El arte imita a la naturaleza, y la completa en las cosas que ésta no puede. En realismo, si hacés algo bien, te dicen "muy orgánico, muy bien".
- Medioevo: del lado oficial, cóctel de Platón y Aristóteles. De éste no aparece el libro sobre la comedia. El nombre de la rosa: las bellas artes no se preocuparán por la risa (la risa le da un sentido a la vida terrenal, mientras que el discruso de la Iglesia necesita que lo terrenal sea despreciado). La representación pictórica, y a veces la teatral, sólo se da mediante el visto bueno de la iglesia, para llegar a los analfabetos y simples.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
"Nociones de representación", primera parte: Grecia, Roma y Alta Edad Media de un saque
Lectio 1: "Nociones de representación"
“Tragedia” etimológicamente significa “grito del macho cabrío”. Con otros, Jaques Attali sostiene que toda representación temporal es en su origen la sublimación de un hecho de violencia, de un homicidio. El sacrificio de un macho cabrío, que grita cuando es degollado, estaría históricamente entre un homicidio y la representación “artística” del mismo.
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Si entendemos, como Aristóteles, que el ser humano es un ser social, podemos pensar que para que esa sociedad sea posible la violencia debe ser sublimada. Mediante el espectáculo del horror, el hombre calma sus pasiones y decide dejar el asesinato de su madre para más adelante. Tal vez en un pasado remoto, en una sociedad de nómades recolectores, los hombres hayan sido recíprocos y amistosos. Ahora, en cuanto el ser humano se hace sedentario, comienza a cuidar lo que considera su propiedad y establece relaciones polares con sus vecinos. La primer división del trabajo, a saber: la división entre trabajo espiritual y manual, establece a unos –pocos, elegidos- que tienen poder por cierto conocimiento (jefe-brujo-chamán-músico-médico) y otros –la mayoría, que trabaja la materia a partir de técnicas. En la Ilíada, por ejemplo, cuando van los aqueos a buscar al enojadísimo Aquiles a su tienda, el héroe está tocando la lira y cantando para sus súbditos. Es el jefe y es el músico. Sus soldados le obedecen en el campo de batalla, y en la tienda bailan su canto.
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Toda educación es una representación. Desde la cuna observamos e imitamos. Antes de conocer el significado de una palabra, la repetimos. En el aula, “pasamos al frente” y damos cuenta de una repetición, de una mímesis de aquello que hemos leído u oído. Consideramos de forma acrítica que tener “personalidad” es hacer lo que queremos, no lo que nos imponen: el que tiene personalidad (Maradona, Axl Rose, Berlusconi) es aquél que se hace imitar. Es el poderoso, el ejemplar, el que se sale del canon para crear uno nuevo a su imagen y semejanza. ¿A qué me recuerda esto de “imagen y semejanza”? Dios, siguiendo la tradición de nuestra cultura y de muchas otras, modela al hombre según lo que Él considera que Él mismo es. ¿Se observa en un espejo antes de crear al hombre? ¿O crea al hombre para verse a sí mismo?
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La representación artística, no les puedo mentir, es una pérdida de tiempo en el mundo contemporáneo. ¿Por qué en Buenos Aires hay tantos actores, entonces? Si no podemos evitar la representación, si necesitamos ser poseídos por Edipo, Hamlet o Batman, es porque probablemente estamos reproduciendo una pulsión ancestral. Nos invade como un virus, como una adicción irracional, incomparable con las mercancías de la sociedad de consumo. Y, aislados del mundo, en el sótano de una iglesia, representamos la violencia, la locura y la muerte porque algo en nosotros sabe que sólo a través de la representación, únicamente siendo malos acá abajo podemos llegar a ser mejores allá arriba.
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Para no asesinar a nuestros hermanos, degollamos una cabra. Para no degollar una cabra, gritamos su grito. Cuando el grito termina y vuelve el silencio, entonces la cotidianeidad y el intercambio se tornan posibles.
fragmento de EL ORIGEN DE LA TRAGEDIA, a propósito de "Nociones de representación"
[...] Bien por el influjo de la bebida narcótica, de la que todos los hombres y pueblos originarios hablan con himnos, o bien con la aproximación poderosa de la primavera, que impregna placenteramente la naturaleza, despiértanse aquellas emociones dionisíacas en cuya intensificación lo subjetivo desaparece hasta llegar al completo olvido de sí. También en la Edad Media alemana iban rodando de un lugar para otro, cantando y bailando bajo el influjo de esa misma violencia dionisíaca, muchedumbres cada vez mayores: en esos danzantes de san Juan y san Vito reconocemos nosotros los coros báquicos de los griegos, con su prehistoria en Asia Menor, que se remontan hasta Babilonia y hasta los saces orgiásticos. Hay hombres que, por falta de experiencia o por embotamiento de espíritu, se apartan de esos fenómenos como de «enfermedades populares», burlándose de ellos o lamentándolos, apoyados en el sentimiento de su propia salud: los pobres no sospechan, desde luego, qué color cadavérico y qué aire fantasmal ostenta precisamente esa «salud» suya cuando a su lado pasa rugiendo la vida ardiente de los entusiastas dionisíacos.
Bajo la magia de lo dionisíaco no sólo se renueva la alianza entre los seres humanos: también la naturaleza enajenada, hostil o subyugada celebra su fiesta de reconciliación con su hijo perdido, el hombre. De manera espontánea ofrece la tierra sus dones, y pacíficamente se acercan los animales rapaces de las rocas y del desierto. De flores y guirnaldas está recubierto el carro de Dioniso: bajo su yugo avanzan la pantera y el tigre. Transfórmese el Himno a la alegría de Beethoven en una pintura y no se quede nadie rezagado con la imaginación cuando los millones se prosternan estremecidos en el polvo: así será posible aproximarse a lo dionisíaco. Ahora el esclavo es hombre libre, ahora quedan rotas todas las rígidas, hostiles delimitaciones que la necesidad, la arbitrariedad o la «moda insolente» han establecido entre los hombres. Ahora, en el evangelio de la armonía universal, cada uno se siente no sólo reunido, reconciliado con su prójimo, sino uno con él, cual si el velo de Maya estuviese desgarrado y ahora sólo ondease de un lado para otro, en jirones, ante lo misterioso Uno primordial. Cantando y bailando manifiéstase el ser humano como miembro de una comunidad superior: ha desaprendido a andar y a hablar y está en camino de echar a volar por los aires bailando. Por sus gestos habla la transformación mágica. Al igual que ahora los animales hablan y la tierra da leche y miel, también en él resuena algo sobrenatural: se siente dios, él mismo camina ahora tan estático y erguido como en sueños veía caminar a los dioses. El ser humano no es ya un artista, se ha convertido en una obra de arte: para suprema satisfacción deleitable de lo Uno primordial, la potencia artística de la naturaleza entera se revela aquí bajo los estremecimientos de la embriaguez. El barro más noble, el mármol más precioso son aquí amasados y tallados, y a los golpes de cincel del artista dionisíaco de los mundos resuena la llamada de los misterios eleusinos: «¿Os postráis, millones? ¿Oh mundo, presientes tú al Creador?». -
lunes, 1 de noviembre de 2010
2/11/2010 - CANCHA Y ESCENA: LA CANCIÓN RIDICULA
ESTA SEMANA LOS JUGADORES SALTAN A LA CANCHA Y ESCENA EN SU PRIMER FOGUEO EN EL MARCO DE "LA CANCIÓN RIDICULA".
MUCHA MIERDA, RESBALONES Y AZAR LES DESEAMOS EN SU PRIMER APARICIÓN
MUCHA MIERDA, RESBALONES Y AZAR LES DESEAMOS EN SU PRIMER APARICIÓN
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